Este sábado volvemos a escaparnos a Lando. Hay que meter caña antes de que vengan las lluvias y las primeras nieves que cerrarán la pequeña entrada.
Ya en la sima, dos se van por el pozo paralelo que dejamos la semana pasada por no llevar material adecuado para roca descompuesta. Esta vez sí descendemos el pozo, con la idea de encontrar algún piso fósil de la galería del río arriba, que discurre por el sinclinal de los rasos de Lando. Dos van por el pozo y otro por el escalonado, conectando por voces ya que se encuentran en la misma diaclasa. Al final de este pozo nuevo llega la desilusión tras conectar con la galería río arriba. Una pena, por lo menos se ha cerrado la incógnita.
Ahora ya todos juntos nos dirigimos río arriba por la gran diaclasa que conforma toda la sima. La progresión es fácil y nos percatamos de la gran altura que tiene la galería, por lo que uno de los objetivos para su progresión será escalar para encontrar pasos altos por si el meandro falla.
Llegamos al punto topográfico donde lo dejamos el año pasado. Dos se ponen con una escalada, mientras el tercero intenta progresar por el meandro forzando pasos. La progresión en la escalada es casi imposible, las paredes están formadas por caliza de mala calidad además de una capa de varios centímetros de barro en todas las paredes, que al rozarla se desmorona sobre nosotros, barro, barro y más barro. La escalada la finalizamos penosamente con resultados negativos.
En el meandro el martilleo constante abre el paso, y en un acopio de valentía, uno de los avezados fantásticos se aligera de equipo y avanza unos 30m hasta llegar a un paso con agua, donde hay que romper algunas puntas en condiciones de fuerte corriente aspiradora de aire frío, agua y barro. Tres metros más adelante se percibe como se abre la galería donde se podrá progresar de pie, pero eso será otra historia.
Nos volvemos chupados de agua, barro, barro, mucho barro.
Participantes: Jaime, Txomin, y Torra.