Después de varias semanas pegados a los pronósticos de la AEMET y comprobando que no hay una gota de lluvia, la esperanza de volver a Akullu para topografiar el fondo de la sima crece conforme pasan los días. Está todo preparado: material, ¡sí!, espeleos ¡sí!, disto calibrado ¡sí!, ganas de pasar frío ¡por supuesto!

Empieza la semana y un cambio drástico de tiempo se asoma en los diferentes modelos predictivos. Aun así, no perdemos la esperanza, han sido varias semanas sin lluvia y no creemos que en un día se llene la cueva. Jajaja, todo un clásico, autoengañarse para no asumir la realidad.

Como no podía ser de otra manera, el viernes diluvio universal, y el sábado temporal de lluvia y nieve.

Nada más llegar vemos lo que intuíamos: un chorro de agua se escurre por la boca del sumidero, nos vienen enseguida a la cabeza la imagen de los pozos regados en todo su esplendor. 

Con la moral por los suelos, nos acordamos de otra vaguada que hace contacto en las mismas calizas de Akullu, medio kilómetro al este. Hace varios años que lo miramos pero no encontramos acceso ninguno, aire, nada.

Conforme nos acercamos, vemos la vaguada cargada de agua entre las hojas, con pérdidas por pequeños agujeros. Llegamos y nos encontramos con el torrente cayendo fuertemente en el fondo, donde… ¡VOILÀ! ¡Se ha destaponado y podemos ver como el agua se sume por un meandro! rápidamente nos escurrimos por el sumidero. La imaginación empieza a funcionar y ya vemos otro sumidero como Akullu o la entrada a un sistema.

La exploración tendrá que esperar, el agua cae directamente y la entrada es arrastrada.

Aquí poco se puede hacer, así que nos movemos al plan B, vamos al siguiente valle dirección Burgui para revisar un nacedero que descubrimos en carga hace ya unos años con una fuerte corriente de aire. Por los topónimos de la zona creemos que será la Fuente de Uturrusina, que en eventos de fuertes lluvias rebosa un fuerte caudal, se encuentra a unos 5m por encima del río Esca.

20241207UTURRUSINA

Desde la Cueva del Moro se desciende entre una densa vegetación hasta la boca, una fractura en la pared que parece seguir una diaclasa. Hoy aspira fuertemente a diferencia del verano que sopla. La parte alta de la fractura da con un tubo de unos 10 m hasta la ventana donde hay que forzar, ya hemos estado anteriormente y falta poco para poder pasar, detrás se adivina un meandro. Visto desde la ventana parece amplio, pero nada más pasar se convierte en un arrastradero de unos 5m de largo. Llegamos con mucha penuria hasta el final y se vuelve a cerrar, siendo necesario una desobstrucción. Con lo estrecho y precario que es lo damos por finalizado, habrá que prospectar en el exterior otra entrada.

Y aquí finalizamos el día con desilusiones, sorpresas y cerrando incógnitas.

Participantes: Torra y Benja.